Cuando nos hablan de animales pensamos inicialmente en esos compañeros adorables que forman parte de la familia, en el ámbito doméstico.
Pero si miramos con un prisma más amplio, hay muchos más animales que nos rodean e intervienen en nuestras vidas. Así tenemos animales del sector ganadero como fuente de alimento y materias primas, animales empleados con fines científicos en el ámbito industrial, sanitario, etc., animales en parques zoológicos, y todos aquellos que permanecen en su hábitat natural de manera libre.
La estrecha relación entre ser humano y los animales nos demanda alcanzar un beneficio equilibrado, y para ello, entre otras muchas cosas, es vital conocer sus factores de riesgo con el fin de eliminarlos o minimizarlos.
Claramente la Ley de Prevención de Riesgos Laborales 31/95, elaborada para promover la seguridad y la salud de los trabajadores, debe ser aplicada mediante medidas de protección y prevención que eviten consecuencias de accidentes y enfermedades relacionadas con esa convivencia en el ámbito laboral. Aunque lo requerido por esta Ley, también puede ser fácilmente adaptable a la vida cotidiana, pasamos a identificar algunos de los riesgos más significativos y relevantes, aunque no únicos relacionados con los animales y el hombre.
El personal que trabaja con animales, en las diferentes actividades que se han comentado, pueden estar expuestos a riesgos de Higiene Industrial, como son la exposición a contaminantes químicos (CO, CO2, NH3, CH4, etc.), en las tareas de limpieza y desinfección de las áreas donde permanecen estos animales, o en algunos casos, donde se trabaja con muchos animales estabulados, y la exposición a ruido, derivado de los propios sonidos producidos por estos. Aunque el riesgo más característico de Higiene Industrial, que tienen los puestos de trabajo en los que se está en contacto con animales, es la posible exposición a agentes biológicos.
Los animales son trasmisores de enfermedades, de forma natural, al hombre y viceversa. Este tipo de enfermedades compartidas por los animales y el hombre se denominan Zoonosis (del griego zoo, animal y nosis, enfermedad).
La mayoría de actividades de trabajos con animales estarían incluidas, a la hora de evaluar los riesgos biológicos, entre las actividades donde no hay una intención deliberada de utilización o manipulación de los agentes biológicos (contacto con animales o con productos de origen animal) y la posible exposición, por tanto, es incidental al propósito principal de la actividad que se realiza. Solo en actividades de laboratorio, donde se realiza la inoculación de agentes biológicos a los animales, hablaríamos de actividades con intención deliberada de manipular estos agentes.
Los agentes biológicos, a los que se puede ver expuesto el personal que trabaja con animales, van a depender de las especies animales con las que se trabaja, las condiciones de los lugares de trabajo donde se desarrolla la actividad, el cuidado que se preste a estos animales y las actividades que se realicen con ellos.
Ponemos aquí algunos ejemplos de las Zoonosis más características en los trabajos con animales son:
Tabla recogida en la Nota Técnica de Prevención 821 del INSST
También, el personal que trabaja con animales, puede estar expuesto a alérgenos de origen animal (pelos, plumas, escamas, orina, etc.), que aunque no están incluidos entre los agentes biológicos evaluables por el R.D. 664/97, sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a los agentes biológicos, hay que tenerlos en cuenta a la hora de evaluar el riesgo que pueden suponer para los trabajadores.
Los agentes biológicos en actividades en contacto con animales tienen diferentes vías de entrada, estas vías son: contacto, digestiva, parenteral y aérea. Así, por ejemplo en la Brucelosis, la Zoonosis se transmiten al hombre por contacto directo con los animales infectados, sus excretas o la inhalación de bioaerosoles en ambientes contaminados, sin que exista transmisión de persona a persona.
Por ello, las medidas de protección deben ir encaminadas a evitar la entrada de los microorganismos, en los trabajadores, a través de dichas vías.
Otro aspecto a tener en cuenta es la seguridad en el manejo e interacción directa con los animales, pues la respuesta de los animales puede ser infinitamente variada, y en algunos casos muy peligrosa. En el manejo y contacto con animales, no debe de bajarse nunca la guardia, pues la posibilidad de ataque, embestida, inoculación, etc. están presentes como riesgo no eliminable y debe ser controlado para su minimización.
Aunque la observación de los cambios en el comportamiento y en el estado de ánimo de los animales nos puede alertar, no siempre muestran signos fácilmente interpretables por el ser humano. Esos estados pueden verse alterados por una combinación de estímulos visibles e invisibles (como la estación del año, la duración del día, la hora del día, los ciclos sexuales, los períodos de cría, las jerarquías, la presión barométrica, los ruidos de alta frecuencia, el entorno y sus condiciones, etc.)
Es importante recordar que los animales no son máquinas programadas y, aunque su conducta resulta a menudo predecible por el conocimiento que tenemos de ella, cuentan con capacidad de reaccionar de forma inesperada.
Por último a destacar desde el punto de vista ergonómico las tareas que implican la exposición significativa a posturas forzadas especialmente en algunos segmentos corporales (tronco, brazos, y piernas), ya que en muchos de los casos las particularidades de las estancias que albergan animales están adaptadas a ellos y no para una utilización por parte del personal que accede en tareas como limpieza, mantenimiento, manejo de animales,….
Para la Ley de Prevención, la seguridad y salud de las personas prevalece frente a la de los animales, en el ámbito laboral. Pero la necesaria convivencia entre humanos y animales hace que debamos también velar por nuestra integridad en el ámbito personal. La prevención empieza cuando tomamos conciencia de los actos que realizamos y tratamos de adecuarlos para obtener una mejora en nuestra seguridad.
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