La formación en Prevención de Riesgos Laborales (PRL) es una inversión esencial para cualquier empresa. Pero, ¿cómo podemos determinar si esa inversión está dando resultados? ¿Cómo podemos asegurarnos de que los conocimientos adquiridos en las aulas se reflejan en comportamientos seguros en el lugar de trabajo? Medir la eficacia de la formación en PRL no solo es un requisito legal, sino también una necesidad para garantizar la rentabilidad, la seguridad y el bienestar de los trabajadores. En este artículo, analizaremos cómo evaluar la transferencia de la formación al puesto de trabajo, enfocándonos en la aplicación práctica y utilizando un caso hipotético para ilustrar los conceptos clave.
Las metodologías de evaluación de la formación, como el modelo de Kirkpatrick o el modelo CIRO, nos proporcionan marcos teóricos para analizar diferentes niveles de impacto. Sin embargo, en el ámbito de la PRL, la verdadera prueba de fuego se encuentra en la aplicación práctica: la transferencia al puesto de trabajo. ¿De qué sirve un curso teórico sobre el uso de EPIs si los trabajadores no los utilizan correctamente en su día a día? La respuesta es evidente: de poco. Por ello, es crucial implementar un sistema de medición que nos permita evaluar si la formación está generando los cambios de comportamiento deseados.
Imaginemos a "Metalúrgica Segura S.A.", una empresa manufacturera que ha puesto en marcha un programa de formación en el uso seguro de maquinaria pesada para sus operarios. La empresa desea asegurarse de que la formación ha sido efectiva y que los trabajadores están aplicando los conocimientos adquiridos en su trabajo diario. ¿Cómo lo logran?
Una de las herramientas más efectivas para evaluar la transferencia al puesto de trabajo es la observación directa. Un técnico de PRL se dirige a la planta de producción y observa a los operarios mientras utilizan la maquinaria. Esta observación no se trata de una simple inspección, sino de un proceso sistemático que se enfoca en comportamientos específicos relacionados con la formación recibida.
Por ejemplo, el técnico presta atención a si los operarios:
Esta observación directa ofrece información valiosa sobre la aplicación práctica de la formación. ¿Están los trabajadores implementando lo que aprendieron? ¿Existen áreas en la formación que necesitan ser reforzadas?
Además de la observación directa, es fundamental establecer Indicadores Clave de Rendimiento (KPIs) que nos permitan medir el impacto de la formación. Algunos ejemplos de KPIs relevantes en PRL son:
Estos KPIs nos brindan datos objetivos que complementan la información obtenida a través de la observación directa.
La medición de la eficacia de la formación no debe ser un evento aislado, sino un componente integral del sistema de gestión de PRL de la empresa. Los datos recopilados a través de la observación directa y los KPIs deben ser analizados y utilizados para:
1- Establecimiento de objetivos coherentes: Los objetivos de la formación en PRL deben estar en sintonía con los objetivos generales del SGPRL. Por ejemplo, si uno de los objetivos del SGPRL es reducir el índice de frecuencia de accidentes en un 15%, la formación en PRL debe contribuir de manera directa a alcanzar esta meta.
2- Recolección y análisis de datos: Los datos obtenidos a través de la observación directa, los KPIs y otras metodologías de evaluación (como encuestas de satisfacción o pruebas de conocimiento) deben ser integrados en el sistema de registro y análisis de datos del SGPRL. Esto permite tener una visión completa del impacto de la formación y su contribución a la mejora de la seguridad.
3- Uso de los datos para la toma de decisiones: Los datos analizados deben ser utilizados para tomar decisiones sobre la formación en PRL. Por ejemplo:
4- Revisión y mejora continua del SGPRL: La información obtenida a través de la evaluación de la formación también debe ser utilizada para revisar y mejorar continuamente el SGPRL en su conjunto. Por ejemplo, si se identifica que un procedimiento de seguridad no se está aplicando correctamente a pesar de la formación, se puede revisar el procedimiento.
Siguiendo con el caso de Metalúrgica Segura S.A., la empresa podría incorporar la evaluación de la formación en el uso de maquinaria pesada en su SGPRL de la siguiente manera:
Al integrar la evaluación de la formación en el SGPRL, se establece un círculo virtuoso de mejora continua:
Este ciclo se repite de manera constante, promoviendo la mejora continua de la seguridad y la salud en el trabajo.
¿No es esencial saber si la inversión en formación está dando resultados? Medir la efectividad de la formación en PRL ofrece múltiples beneficios:
Invitamos a todos los responsables de PRL a establecer un sistema de medición de la efectividad de la formación en sus empresas. No es una tarea complicada, sino un proceso gradual que comienza con la definición de objetivos claros, la selección de los KPIs adecuados y la implementación de un sistema de seguimiento y análisis.
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