Penúltima etapa. Nervios a flor de piel. Ocho meses de travesía en juego. Así afrontan los regatistas de la Volvo Ocean Race la décima etapa de la competición.

No va a ser una etapa larga, apenas dura 5 días, ni se van a enfrentar a fuertes temporales, pero sin embargo, probablemente, esta penúltima etapa va a ser una de las más duras debido al componente emocional. ¡se juegan la regata! En concreto tres equipos se disputan los puntos que les pueden hacer vencedores de esta vuelta al mundo a vela.

Además, hay que tener en cuenta la presión que siente la tripulación por los patrocinadores que han invertido y apostado por el equipo. Cuánto más presupuesto tiene un equipo, más se espera de él que gane, y mayor es la tensión que se vive a bordo.

La principal consecuencia de esta presión por ganar es el estrés. Pese a que los profesionales médicos que cuidan de los regatistas durante toda la competición les advierten de la importancia de mantenerse serenos y cumplir con los descansos y sistemas de guardias, la teoría dista mucho de la práctica y apuran a entrar en ‘modo regata’ todo lo que pueden.

Cuando hablamos del ‘modo regata’ hablamos del sistema de guardias de 4hs on/4 hs off que asegura el descanso de los regatistas para que puedan rendir al máximo. Pero a bordo del barco y en un momento tan decisivo de la competición, todo cambia. Es muy común escuchar frases como "no, si estoy bien" "no tengo sueño" "puedo seguir" y ver como muchos de ellos enlazan horas y horas en cubierta.

La Volvo Ocean Race, a diferencia de otras competiciones como la Copa América de Vela, es una regata de resistencia, una carrera de fondo en la que suma puntos la constancia y disciplina y en la que la falta de descanso, provocada por el estrés, se traduce en errores, maniobras inadecuadas que les hacen perder millas, roturas de material que requieren de tiempo para arreglarlas, etc, etc.

Además, es habitual que las pocas horas que duermen ni si quiera las hagan en los camarotes, sino en cubierta, en la proa del barco. ¿Por qué? Los barcos de la flota de la VOR son embarcaciones diseñadas para la velocidad, empopados, diseñadas para navegar a partir de los 10, 12 nudos. Cuando por las condiciones meteorológicas no se coge viento suficiente, el barco va frenado ya que la popa se hunde demasiado, y por tanto, lo que hacen los regatistas para contra restar el peso, es dormir en la proa. Por tanto, lo poco que duermen, no lo hacen en las mejores condiciones.

Etapa 10-VOREtapa 10-VOR

Las consecuencias del estrés a bordo, además de la falta de descanso, son principalmente:

  • Pérdida acelerada de peso. En una etapa corta y de tanta tensión como esta, los regatistas suelen perder de media 2 kg, una barbaridad teniendo en cuenta que hablamos de sólo 5 días.
  • Aparición de herpes, virus y hongos, que aprovechan las defensas bajas provocadas por la falta de descanso y estrés para dar la cara.
  • Inflamación y enrojecimiento de los ojos. Es muy habitual que después de una etapa como esta, los regatistas lleguen a tierra con los ojos inyectados en sangre como consecuencia del agotamiento.

Ojos rojos-VOROjos rojos-VOR

Es curioso cómo el cambio del aspecto físico de los regatistas antes y después de una etapa corta pero intensa, como la que están viviendo ahora, suele ser más impactante que el cambio físico de una etapa más larga.