Llega un día en el que te das cuenta de que tienes unas ramitas rojas en las piernas y que algunas son más grandes y hasta te producen dolor en la zona.
Son varices, pero ¿por qué salen? Las varices son dilataciones venosas que no son capaces de realizar un retorno eficaz de la sangre al corazón. Se producen por una alteración de las válvulas venosas. Si la sangre no puede volver normalmente al corazón, esta se acumula en las venas, sobre todo en las de las piernas, donde por efecto de la gravedad tienen una resistencia añadida. Esto hace que se dilaten y se vuelvan más abultadas.
Se calcula que aproximadamente 15 millones de españoles sufren sus consecuencias, siendo más frecuente en mujeres que en hombres y afectando a una de cada dos personas mayores de 50 años.
1. Los factores genéticos: se tienen el doble de probabilidades de padecer varices si existen antecedentes familiares.
2. La falta de ejercicio:cuando andamos o hacemos ejercicio, la contracción de los músculos de las piernas empuja la sangre hacia arriba y ayuda al retorno venoso.
3. Postura mantenida de pie: tampoco es bueno para esta dolencia estar de pie de manera continuada durante largos períodos de tiempo. La ergonomía en el trabajo es fundamental.
4. Condiciones de cada individuo:su constitución, el hecho de ser mujer aumenta el riesgo de padecerlas, la edad, la obesidad, etc.
5. Estreñimiento:con los esfuerzos para deponer se aumenta la presión del abdomen y las de sus venas.
6. El embarazo:los cambios hormonales que genera y por el aumento de la presión sobre el útero y sobre los grandes vasos.
- Las venas se vuelven de color morado o azul oscuro, abultadas y con formas retorcidas, por lo que son antiestéticas. Suelen estar en la parte posterior de las pantorrillas o en la cara interna de la pierna.
- Las varices suelen producir pesadez y cansancio de piernas, así como sequedad y cambios en la coloración de la piel o picores en la zona que se inflama.
- Dolor, hormigueos y a veces calambres, sobre todo nocturnos. También se suele producir inflamación de pies y tobillos.
- En los casos avanzados se pueden producir úlceras en tobillos, hemorragias, flebitis, infecciones o, incluso, embolismo pulmonar.
- En estadios iniciales podemos recurrir a fármacos que mejoren la circulación.
- En casos más avanzados, habrá que recurrir fundamentalmente a tratamientos quirúrgicos. Existe una amplia variedad de tratamientos con diferentes indicaciones en función de lo tortuosa o no que sea la vena, el color de la piel, etc.
1. Ejercicio físico: sobre todo, andar, evitando estar de pie por periodos prologados sin moverse. Si se va a estar sentado o de pie de forma prolongada es conveniente usar medias terapéuticas.
2. Alimentación: es importante cuidar la salud con hábitos saludables. Hay que reducir o eliminar el sobrepeso y el estreñimiento y cuidar la dieta, evitando tomar picantes, alcohol, etc.
3. Evitar el calor excesivo en las piernas: podemos tomar duchas de agua fría en las piernas, aplicando el chorro en sentido ascendente.
4. Elevar las piernas: Cuando descansamos y no cruzarlas al sentarse.
5. No usar ropa ajustada ni zapatos pequeños: igualmente debemos evitar usar calzado plano o tacones altos; debemos procurar usar zapatos con un tacón de entre tres y cinco centímetros más o menos.
Así pues, recuerda que una buena prevención puede mejorar la circulación y retrasar o evitar la aparición de las varices.
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